Valores organizacionales Vs. Competencias: cómo emplearlos para impulsar tu cultura

Fecha

25 de Marzo, 2021

Escrito por Florencia Paez

Si le pidiéramos a nuestros lectores una definición sobre qué hace su compañía, de seguro todos sabrían qué responder. Ahora, si la pregunta fuera por qué lo hace, ¿tendrían todos la misma claridad? Y más importante: ¿cómo se relaciona eso con los valores organizacionales y las competencias de la empresa?

Los valores organizacionales nos ayudan a entender por qué realizamos determinadas acciones y comportamientos, lo que es fundamental ya que significa que comprendemos quiénes somos como compañía y qué nos distingue del resto. Sin embargo, en la actualidad sólo  41% de los colaboradores conocen cuál es la identidad de su empresa.

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Esa identidad es lo que llamamos cultura organizacional: hábitos, comportamientos y acciones que hacen única a cada compañía. A pesar del impacto que tienen los valores en la cultura, muchas empresas no los han definido; o incluso, los confunden con las competencias que buscan desarrollar entre sus equipos.

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Sabemos que definir exitosamente los valores de la organización y sus competencias para que reflejen quién eres (sin perder de vista cómo el mundo cambiante actual puede llevarte a re-evaluarlos) es un desafío. Por eso armamos este artículo con ideas para ayudarte a establecerlos y propagarlos exitosamente.

Diferenciando valores organizacionales de competencias que queremos desarrollar

Los valores organizacionales generan un sentido de propósito entre tus equipos, mejoran los vínculos entre colegas y promueven el compromiso hacia tu empresa. Es por ello que generalmente se afirma que los valores de la cultura organizacional son uno de sus pilares más importantes, puesto que sirven de guía para nuestro accionar, logran motivarnos y nos impulsan a concretar nuestros objetivos.

Valores organizacionales: ejemplos inspiradores

  • Google: Aprendizaje, éxito e inclusión.
  • Apple: Excelencia, enfoque, desarrollo e innovación.
  • Globant: Inclusivo y diverso, sé amable, jugador en equipo, innovación constante, excelencia en tu trabajo, piensa en grande y diviértete.

Las competencias organizacionales, por su parte, son los diferentes conocimientos, habilidades y destrezas con los que cuenta una persona (o que debe desarrollar) para llevar a cabo sus tareas diarias. Estas son mucho más profundas que un simple saber hacer o una técnica: son la capacidad con la que contamos para realizar una labor.

Ejemplos de competencias organizacionales:

  • Innovación
  • Liderazgo
  • Trabajo en equipo

Pero… ¿cómo se diferencian?

Las competencias son acciones observables que deben estar en concordancia con los valores organizacionales. Esto puede generar confusiones ya que existe la posibilidad de que los dos coincidan. ¿Cómo diferenciarlos? Sencillo, las competencias pueden medirse pero los valores no.  Adicionalmente, un valor suele estar unido al qué (es importante) y una competencia al cómo (lo hacemos).

Quizá todavía te preguntes por qué es tan importante que tengas ambos bien definidos y diferenciados. Tomemos el caso de que cuentes con valores pero no hayas desarrollado tus competencias: seguramente te será complejo que tus colaboradores entiendan su propósito y los ideales que te representan. Por el contrario, ¿qué pasaría si tenemos pensadas las competencias pero no así los valores? Lo más probable es que  se te dificulte encontrar el norte hacia donde apuntas como organización.

Ponte en marcha

Tal como mencionamos anteriormente, valores y competencias son complementarios, es decir que se necesitan mutuamente. Y si bien no hay una fórmula mágica a la hora de crearlos, es importante que tengas en cuenta quién eres como organización, cuáles son tus objetivos y que pienses en mantenerlos actualizados y desafiantes.

Este último punto es crucial ya que te permitirá trabajar sobre un eje muy importante para las compañías: la capacidad de adaptación y de mantenerse actualizados, un factor que puede venirnos muy útil en momentos desafiantes tales como los que hemos vivido a partir de la crisis del COVID-19. A continuación podrás ver algunos consejos que puedes implementar a la hora de pensar cómo definir tus valores y competencias.

Definiendo Valores

Los valores organizacionales funcionan como una brújula que te guía, pero eso no quiere decir que sean estáticos. El cambiante contexto actual, las modificaciones en las interacciones de los colaboradores o nuestro propio crecimiento organizacional son algunos factores que pueden llevarte a una eventual redefinición. Re-evaluar aquello que deseamos para nuestra organización es sólo un proceso natural que debemos realizar esporádicamente.

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Definiendo Competencias

Si bien es cierto que las competencias son las capacidades, conocimientos y habilidades organizacionales con las que contamos para cumplir una tarea de manera eficiente, no hay fórmula exacta a la hora de establecer cuáles queremos que prevalezcan en nuestra compañía. Aquí es donde relacionarlas con nuestros valores nos permite entender mejor qué es lo que buscamos y tomar decisiones más acertadas. Te recomendamos tener presente estos tres factores cuando pienses en tus competencias.

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Consejos bonus: cómo hacer de tus definiciones una realidad

Sólo cuando tus valores y competencias comienzan a vivirse diariamente en tu compañía es cuando podemos decir que contamos con una cultura organizacional fuerte. Aquí van tres ideas que puedes emplear para que todos adopten tus valores y promuevas las competencias que buscas en tus equipos:

  • Comunica cada paso: la comunicación efectiva hace que todos comprendan de qué manera las decisiones que tomas se alinean con tu visión. Por ejemplo, si le propones a tus colaboradores trabajar sobre su innovación, primero deberán comprender cómo esto se vincula con tus valores. Haz explícito por qué el trabajo de tus personas se conecta con el éxito de tu organización y verás cómo se comprometen con su desarrollo y crecimiento.
  • Refuerza comportamientos gracias al reconocimiento: reconocer es una práctica que destaca las buenas acciones y pone el foco en quienes representan lo que deseas para tu compañía. En la actualidad existen plataformas digitales de reconocimiento como StarMeUp, que además de ayudarte a fortalecer tus valores, te brinda datos predictivos para que analices en profundidad tus dinámicas laborales. ¿Qué mejor manera de comprender cómo se da la adopción de tus valores que analizando la manera en que se intercambian a través de la organización?
  • Emplea feedback continuo 360°: el feedback te permite enfocarte en el desarrollo de tu gente a partir de la detección de sus puntos fuertes y áreas de mejora. Puedes potenciar aún más este proceso empleando tecnologías como el módulo de gestión de desempeño de StarMeUp, que te ayuda a combinar la información del feedback de múltiples roles y áreas junto a los resultados de las evaluaciones de desempeño de tus equipos para que cuentes con una visión integral del mapa de habilidades y competencias dentro de tu organización.

Redefiniendo la fórmula para lograr el éxito

Los tiempos cambian y con ellos también se transforman los valores de nuestras compañías y las habilidades que deben tener los equipos de trabajo. El futuro laboral requiere de organizaciones cada vez más flexibles y adaptables, lo que  significa que todos deberemos re-pensar periódicamente qué hacemos, cómo lo hacemos y qué precisamos para alcanzar nuestros objetivos. 

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Sin embargo, ni tus valores ni las competencias irán más allá del papel si no son adoptados efectivamente por tu gente. A través del involucramiento activo de tus colaboradores en cada instancia de este proceso lograrás que todos comprendan qué quieres modificar y por qué es importante que se haga, lo que en consecuencia los hará sentirse más comprometidos con los resultados deseados.

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